Los vecinos afectados en la zona barbateña por las actuaciones urbanísticas de la Junta de Andalucía han mantenido un encuentro en el Consistorio para pedir de nuevo la regularización de las viviendas y se eviten más demoliciones
Los vecinos de la Ribera de la Oliva han mantenido hoy un nuevo encuentro con el alcalde de Barbate, Miguel Molina, para tratar la situación urbanística de la zona. En un principio, la plataforma de afectados de esta área de Barbate había convocado una concentración al mediodía de este miércoles frente al Consistorio, acción que finalmente no se ha realizado, pasando los vecinos asistentes al Salón de Plenos donde han tenido una reunión con el equipo de Gobierno.
Desde el Ayuntamiento han informado a los vecinos que incluirá a zonas como la Ribera de la Oliva, La Oscuridad, Rancho Grande, Los Veteranos, El Soto o Manzanete, en el nuevo Plan General de Ordenación Municipal –PGOM- teniendo en cuenta las afecciones de sus zonas a la hora de construir. Así lo ha confirmado el alcalde en la reunión, explicando que “Barbate cuenta con un 83 por ciento de afectación en su término municipal y esas son nuestras zonas de crecimiento natural”.
El alcalde ha realizado una distinción clara entre las viviendas de primera necesidad y aquellas con fines turísticos, puntualizando que “otro caso son los dueños de dos o tres viviendas que se utilizan con fines turísticos, pero para las familias sin más recursos, hay que tener humanidad”.
En esta línea, Molina ha subrayado la necesidad de “evitar la construcción desordenada”, pero también señala que “para las construcciones ya existentes, es crucial evaluar cada caso concreto, especialmente cuando se trata de familias con recursos limitados y con niños, para evitar llegar al derribo y que en caso de que fuera inevitable la demolición, se dé una respuesta que no amplíe la situación vulnerable en la que se encuentran”, para lo que deberá haber consenso entre todas las administraciones.
Desde el Ayuntamiento aseguran que se están tomando medidas para ayudar a los vecinos afectados, “dando los pasos con el empadronamiento y, por supuesto, con la inclusión de estas zonas en el Plan General de Ordenación Municipal”, que eviten las situaciones de demolición como la que se vivió en la Ribera de la Oliva el pasado mes de mayo.